Hace una semana mi compañera Ángeles (www.sweetxl.com) y yo fuimos invitadas a una pedicura spa en el conocido Salón Rosmen. Lo cierto es que no elegimos el mejor día para una pedicura porque estaba lloviendo y poco apropiado para enseñar los pies, pero aún así disfrutamos de una agradable sesión de mimos y relajación. Muchas veces no tenemos que buscar la excusa de cuidarnos para vernos mejor, sino para sentirnos bien, y eso es lo que en una hora de pedicura spa puedes conseguir (además de unos pies bonitos).
Todo en la pedicura spa esta orientado a tu relajación, desde el inicio cuando sumerges los pies en al agua con sales empieza tu "momento spa".
A continuación el pie se unta en "duriblan", una crema para reblandecer durezas, y se envuelve en film tranparente para proporcionar calor. Así se trabajan las uñas y la cutículas mientras el duriblan hace efecto.
Si hay un paso con el que me quedo es con la hidratación con manteca de karité (a la que le añaden algún estracto con olor) y la sensación cuando vuelves a sumergir los pies en al agua, los notas tan suaves...
Posteriormente llega el paso de la pintura, así que toca elegir el color!!! Qué tarea tan dificil!! Estamos aún en invierno pero deseando los colores (y temperaturas primaverales) así que nos costó decidirnos.
Desde aquí agradecer enormemente a Yaiza Peréz (propietaria de Salón Rosmen, C/ Carvajal nº12) y a Charo (que fue la encargada de darnos esta sesión spa increible), así como a Begoña Zapatero (sin la cual esto no hubiese sido posible) esta maravillosa sesión de relax para una lluviosa mañana de sábado; chicas ha sido un placer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario